martes, 16 de febrero de 2010

Una de santos

Hoy amanece el polígono empapelado. En casi todas las puertas han pegado primorosamente con fixo cartelitos de tamaño cuartilla a dos colores que veo desde el coche mientras estoy detenido en un stop. Llego a mi nave, aparco y me acerco a mirar el que también está en nuestra puerta. Texto por arriba en torpes mayúsculas, texto por abajo, más apretadito. En el centro una cara terrible de color amarillo: la cara de Dios.
El texto principal, de color blanco contra el fondo azul pálido: CURSO DE CRISTIANDAD.
Esto sí que no me lo esperaba. Cambia un poco de los cursos para convertirse en eficiente carretillero, o de los anuncios de recogida de residuos peligrosos, o papel, de las invitaciones al puticlú vecino. Leo el texto informativo en el que se detallan lugares y fechas y constato que se celebrará, aquí, en el polígono –da la dirección de una nave- los viernes por la tarde a partir de la semana próxima. Rebusco tratando de averiguar quién convoca: Iglesia de los Santos de los Últimos Días, o sea los mormones.
¡Los mormones! Jo. Y dan un curso. Y gratis.
Voy a enterarme de cuantos años dura y si se ajusta al Plan Bolonia porque siendo así, luego habrá un Master, fijo. Y tal y como está la cosa es mejor tener un título aunque sólo sea para el currículum y sin tener que pedir becas, oiga. 
Y lo que viste un título firmado por Joseph Smith o José Smith, que es santo americano. 
Dura competencia le ha salido a San Pancracio (patrón contra falsos testigos y falsos testimonios, contra perjurio, niños, calambres, espasmos, dolores de cabeza; y más).
Señor...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero yo, me quedo con los de siempre oiga, mi san Pancracio y mi ariel