Si trabajas en un polígono, hay cosas que no debes hacer bajo ningún concepto. La cuestión es no llamar la atención, que a la larga puede resultar molesto; en suma camuflarse entre el paisaje cual camaleón y entre el paisanaje cual Zelig.
1- No te vistas casual. Lo más arreglao que se puede llevar en un polígono, es el uniforme de comercial: traje gris claro o beige, camisa rosa o amarilla, corbata verde o rosa, según camisa y zapatos de “chúpamelapunta”. Si vistes casual, enseguida te van a identificar como pijo y/o hijo del dueño y lo más probable es que ni te saluden en le primer caso y te miren con cierto desprecio en el segundo.
2- No aparques en la puerta de la nave un deportivo ostentoso, a menos que seas el hijo del dueño de la empresa . Los dueños de empresa no suelen tener deportivos sino coches grandes pero de un lujo discreto. Igual que con la ropa, que suele ser cara, pero nunca ostentosa: respiran dinero y posición.
3- Lee o aunque sea ojea el Marca. Tranquiliza a los que toman café a tu alrededor.
4- No hables bajito. No es propio de hombres.
5- Si eres mujer, procura vestirte recatadamente, sin insinuar demasiado las formas, sin maquillarte exageradamente; a no ser que seas yoli , en cuyo caso ya te conocen todos y al bestia de tu novio también.
6- Que todo el mundo sepa claramente que tú aparcas siempre ahí. Defiende tu plaza con mala leche si hace falta.
7- No te perfumes. Ni de coña.
8- Saluda aunque no hayas sido presentado. Bastará con un murmullo ininteligible, o un alzamiento de cejas. Lo que cuenta es la intención.
9- Participa en las conversaciones espontáneas de los bares, metiendo una morcilla, un comentario o un chascarrillo. Se quedarán con tu cara y si necesitas alguna vez los servicios de alguien seguro que te recuerda y te trata mejor.
10- Deja propina en el bar. Aunque sean 10 céntimos y te llamen generoso.
Todos queremos que nos quieran aunque sea un poquito nada más, aunque sea muy por encima y de refilón...
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